jueves, 19 de diciembre de 2013

Leila.

              "Layla..you got me on my knees..."
                                   Eric Clapton.

              El 8 de Febrero del 96 llegaba al mundo un refuerzo de esperanza a mi familia,me estrenaba como tio.Leila Patricia  llegó con algún problema relacionado con altos niveles de bilirrubina y fué separada de su madre por un corto espacio de tiempo,aúnque imagino que para mi hermana o cualquier otra madre,haya parecido una eternidád esa separación.
             En un principio no vivia con nosótros en la casa de Santa Marta ,por lo que cada visita era un acontecimiento que se disfrutaba muchisimo y que mi mamá por supuesto,acaparaba todo el espectáculo.Pero tuve mis moméntos de cercania con la recien llegada en los que no hubo intermediarios y recuerdo mucho el primér dia que mientras la cargaba sentado en un sillón,se durmió placidamente sobre mi pecho y así estuvo por un buen tiempo.
Parecia muy enérgica esa nueva criatura,sentada en el cochecito hacia maniobras de brázos y piernas con movimientos que advertian sus deseos de levantar vuelo,a ratos parecia como querer nadar compulsivamente,todo menos estar atrapada en aquél carro.Recuerdo cuando la ví reirse por primera véz,anunciando desde entónces lo que serian unos festivos dientes frontáles.
Para el último año del fin del siglo XX ya estaba instalada en mi casa y como era de esperár,centró sobre ella toda la atención,cosa que a mi me convino,pués de esa manera me desmarcaba un póco de el "gardeo" de mi mamá.
            Mi sobrina fué educada por mi hermana,criada por mi mamá y consentida hasta lo indecible por el abuelo Sergio.Todos tenian su espacio de interacción con la recien llegada.Yo participé desde una distancia prudencial impuesta por decreto.
            Leila fué creciendo y como todo niño,fué jugando y ampliando su campo de juegos más allá de sus muñecos.Empezó a rotular paredes,pisos y hasta puertas,anduvo descalza,norma que rompia con el reglamento y con los nervios de su abuela.LLoriqueó por cualquier motivo y casi siempre lo hacia con una ausencia de lagrimas tan llamativa que solo producía risa.La hóra del baño era siempre un moménto crítico que mi mamá no despreciaba para hacér catarsis.Le hablaba a la infante de la importancia de estár bañada para antes que llegara la madre del trabájo,que la pobre,"viene cansada",entónces Leila respondia algo vago y solo cuando escuchaba el anuncio de "__Ahí viene tu mamá!"..corria al baño con todo el cuerpo de un colór tiznado y sudoroso.
           Al iguál que el Periodo Azúl de Picasso que duró unos trés o cuatro años,Leila tuvo un Periodo Potter,debe haber visto al Harry Potter cientos de veces durante un buen tiempo.
Era una niña linda y viva y verla en una cama de hospitál entre tubos y cables,prodúcto de una reacción a la dipirona en supositorios me dió mucha lastima.Pero aquéllo no duró tanto y prónto volvió a la vida.Cada noche antes de irse a la cama la madre la llevaba al balcón para que viera "la luna lunera",que posada en el cielo le daba las buenas noches.De una inexplicable conexión entre una necesidad fisiológica y su lacrimal prefiero no dar detálles,pero hasta eso era motivo para muestras  de ternura de parte de mi mamá.
         Leila era una niña buena y no puedo decir que fuera la más traviesa del mundo,era cariñosa con quien le pareció merecerlo y no tuvo prolemas en el interactuár con otros niños a la hóra de los juegos.
        Un buen dia empezó la escuela y la ví de lejos en el Matutino,estrenaba uniforme y las inseparables botas ortopédicas,unos artefáctos artesanales que a ella le gustaban y que para su mantenimiento y cuidado disponia autoritaria del abuelo.
Se disfrutaba mucho verla imitar a su madre haciendo ejercicios frente a un espéjo,con su cuerpecito de niña semiredondeado y una panzita que dejaba vér un ombligo prominente.
De algúna manera debe haberse fijado en mi y en mi conducta,pues una véz en la escuela y durante el periódo del aprendizaje de la escritura,se le pidió escribir una oración con la letra B y la niña la compuso de esta manera:"Mi Tio Bá al Bar a tomár Buen Bino"
       Ya dije que vino el nacimiento de Leila, como un refuerzo a las esperánzas de mi familia,pero debi agregar que tambien lo fué a los buenos animos,cierta relaciones de los adultos no andaban nada bien y en mi caso,me fuí perdiendo en un mundo de alcohól,fracásos y espacios lunares.
Una mujér furtiva,con la que compartí fluidos y palabras,me aseguraba que trás el nacimiento de su sobrino,su cuerpo habia experimentado un cambio en cuanto a la sensibilidád con respécto al mundo circundante.Yo la escuchaba, pero por supuesto,no la leia,simplemente no supe leerla hasta que un tiempo más tarde nació Leila.Simpre hé sido un tipo sensible pero trás el nacimeinto de Leila,ese sentimiento se reforzó hasta el punto que nunca más hé aceptado vér material gráfico donde se sospeche abuso hacia un menór,sin importar que sea fisico o verbál.Lo mismo ocurre con animales,sobre todo si son pequeños e indefensos.Simplemente nunca más hé podido tratar de cerca con un niño que llora.
       Leila Patricia era una niña muy rubia y yo hoy ando por tierra de gente muy rubia,pués me pasa que la veo en cada rostro que me cruza.Dejé de verla cuando tenia nueve años y la volví a vér a los trece.Hoy vuelven a hacer cuatro años que no la veo y, cada véz que lo hago, en las poquisimas fotos que me llegan,me trae un sentimiento de alegria por saber que es felíz y buena y otro de culpa por habermela perdido en muchos de estos tiempos.Es simplemente la persóna a la que más dedico mis horas de pensamiento,esas que me abstraen del invierno en que vivo y me situan cerca de los mios y enfocando nuestro esfuerzo en el futuro de Leila.Gracias por todo sobrina,te debo mucho de mi felicidád.


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