lunes, 9 de diciembre de 2013

Octubre del 97.

       "Cuando un amigo se vá,queda un espacio vacio
         que no lo puede llenar,la llegada de otro amigo.."
                                              Facundo Cabrál.

        Los trés años que comprendieron la despedida de Alejandro fueron de puro hedonismo y vicio,el hecho reál de que podia irse al dia siguiente, era un buen pretéxto para mantener los animos festivos en cualquier circunstancia.Además de visitar a cuanta casa "oliera" a ron,nos ibamos a sitios que por entónces estaban muy de moda,uno de estos sitios era el Rio Club,tambien conocido por Johnny´s,saliamos de allí y seguiamos la marcha en "Las Vegas",un club noctúrno situado frente a Radio Progréso y que siempre fué un antro de mala muerte,pero que por aquéllos dias adquirió un inusitado renombre entre la gente que salia a fiestar hasta que levantara el nuevo sól,el horario de cierre de este club era el mayór atráctivo.En varias ocasiones empezabamos el día comiendo arróz con carne de puerco y frituras de malanga,nos ibamos al agromercado de 19 y b y allí degustabamos tan inusuál desayúno,entre las cinco y las seis de la mañana.Graciela desde Stockholm,nos enviaba una remesa que fué muchas veces responsable de tanta fiesta.
Pero tambien sirvió aquél tiempo para robustecer la amistád entre Alejandro y yo,me fui haciendo más parte de su situación y muchisimas veces hablamos desde el punto de vista estrategico,de como enfrentar su nueva vida una véz que finalmente lograra la salida del país.Además de su persóna,me hice tambien muy parte de la falmilia Romero,entablé una buena amsitád con Alejandra,madre de Alejandro,pero sobre todo con los abuelos que fueron quedando en la casa de Paseo y 5ta. Yo no intenté eso de llenar el espacio que les quedó trás la partida de uno de sus hijos y dós nietos,eso es imposible,mi intención era conocérlos y compartir con ellos como una manera de tener noticias frescas de Alejandro desde Europa en un principio y los Estados Unidos más tarde.Pero el caso es que me hice buen socio de los abuelos y fuí tratado con mucha familiaridád.Ellos se reian mucho conmigo y yo tambien los gocé bastante,era muy edificante vér a ese abuelo reirse a carcajadas a las siete de la mañana.Me tocó lo que a nadie le gusta,enterré primero a Blanca y unos años más tarde vi de cerca como el viejo se iba descomponiendo,créo que no tuvo más deseos de vivir y se lo planteó muy seriamente.Siempre hago énfasis en que se le vieron al abuelo destellos de ganas de vivir a plenitúd,viajó a Los Estados Unidos a vistar al hijo y siguió hasta la Islas Virgenes a juntarse con el nieto,de regreso vino cargado de emociones e inmejorabes ánimos.Tambien lo ví dedicarse a caminar en las mañanas y en considerables largas travesias,tomando en cuenta su edád.Destaco su risa,pués la considero un arma que siempre lo protegió del hastío que pudo haber sido su vida por un buen tiempo.Ya desde que yo aparecía,buscaba el punto de comicidád,recostado como de costumbre,en su tahurete y desde su camiseta blanquisima,me soltaba cualquier cosa que diera pié a la primera carcajada del día,así empezaron mis jornadas durante muchos años.
Un buen día todo empezó a ensombrecerse y pronto llegó la oscuridád totál,simplemente desistió de seguir viviendo y ya nunca fué el mismo hombre,ese que apenas unos dós o trés dias antes yo habia llevado en su silla de ruedas a una consúlta medica y que no por ello dejamos de reirnos de la situación,simplemente se rindió y yo lo acepté.Un  par de noches de hospital fueron suficientes,literalmente me tocó cerrárle los ojos y hasta vestirlo antes del viaje finál.Te envio mi abrázo viejo, dondequiera que estés,se te extráña cabrón.Hoy rescribo este post y lo hago con todo propósito,Alejandro Romero murió un día como hoy de 2004.Dós años más tarde ocurrió algo inesperado,fallecia uno de sus nietos en Los Estados Unidos y hé pensado que lo mejór para el abuelo fué el haberse ido primero a esa otra dimensión,hubiera sido un golpe brutál para él y por lo menos yo,no hubiera querido estár cerca para cuando la noticia le abofeteara el rostro.
    Retomo aquél Octubre del 97.Entónces llegó el tan esperado día!..le fué entregado a Ale Artola su permiso de salida,que se le habia negado por un largo tiempo,debido a su participación en un cuerpo del ejército.
Ahóra si que era verdád!..habia llegado el moménto tan ansiado y sobre todo,tan esperado.Un buen grupo de amigos pasamos por la casa y muchos nos fuimos hasta el aeropuerto,Monica iba conmigo.Hubo abrázos y en el caso mio,terminaba por sér lo tantas veces ensayado,ya no habia fuerzas ni para emociones,llevabamos trés años despidiendonos!!
Desde un salón ubicado en un piso alto y a través de los vidrios,ví como caminaba hacia una guagua que lo llevaria hasta el avión,créo recordar que se viró e hizo un adiós con las manos.Era un 23 de Octubre de 1997.
Lo volveria a vér cinco años más tarde.