domingo, 6 de octubre de 2013

Casas

  Hacia ya un tiempo que mi abuela se habia mudado de aquella casa oscura de la calle Estrella,ahóra vivia en un apartamento muy cláro y largo en los ultimos tramos de la avenida Ayestaran,un trózo de calle que no sé porqué se llama distinto,Paradero.Allí fui a parar yo,al cuidado de mi abuela que para la fecha no tendria mucho más de cincuenta años.Mi abuela materna era una mujér agil,laboriosa y atormentada y esas trés habilidades las vertió en mi cuidado.Siempre fué flaca y nerviosa,padeció de tuberculosis en su juventúd y sufrió hasta el tormento de una crisis existencial que la llevó a cerrarle las puertas a cuanto asomo de aire fresco llegara.No perdonó jamás el origen de tanto daño y ni siquiera se perdonó ella misma,vivió en una eterna penitencia.Su madre,mi bisabuela Casilda,murió a principios de los setenta y solo la recuerdo sentada y pulcra,en cambio sí conocí muy bien a los trés hermanos de mi abuela,gente del mismo molde, pero que prefirieron darse "un chance" a vivir antes que autoflagelase a puro latigo y sal.A veces creo que el brillo en los ojos de mi abuela era producto de tantas lagrimas no lloradas.En sus últimos dias y mientras la sostenia de pie para que mi tia Miriam la bañara,me miró y me dijo " yo no quiero más esto..ya yo quiero descansar..",entonces comprendí que  aquella mujér estaba dispuesta a morir.Cuidó y protegió a sus hijos de por vida y se esclavizó a más de un nieto,yo el primero.
  Si alguna véz gané una loteria en el órden humano,fué la de un pár de abuelas que cuidaron de mi milimetricamente.Juana Rosa "me recogió cagaito"(siempre me lo recordaba) y aún con ventitantos años me mimaba un plato de comida y me ponia cinco pesos en el bolsillo.De niño fui su compañia en muchas ocasiones,lo mismo sentados a la mesa mojando el pan en café o mirando televisión.Muchas veces caminabamos hasta el cine Maravillas,no si antes darme un par de motazos de polvo en la cara,ella siempre usó polvos faciales y yo a su lado terminaba con una cuota.Correteaba yo en aquella casa durante casi todo el día,ya en la tarde ella me bañaba y justo a las cinco me sentaba frente al Philips de pantalla gruesa y verdosa,veia mis programas infantiles hasta que escuchaba el esperado silbido de mi tia Miriam,silbaba mientras subia las escaleras a modo de anunciamineto y siempre,siempre,me traia un libro.Trabajaba esta tia mia en el Departamento Provincial de Eduación y le era facil alcanzar estos libros,todos,por cierto,de temas historicos cubanos.Antes de darme los libros,me ametrallaba con besos,manera que aún usa para mostrar afecto,nunca un solitario beso,siempre muchos.En esta casa tambien empezó a "aparecér" de manera intermitente,mi tio Miguél,invariablemente vestido de militar,irónicamente supe de su rango militar mientras no estuvo frente a mi,resulta que mi abuela y yo lo llamabamos a la unidád y a quien saliera al telefono le pediamos hablar con el "sargento Miguel González".El més pasado leí la noticia de la muerte por accidente de tránsito de un generál de la fuerza aerea cubana(DAAFAR),yo recordé vér a ese hombre,con los grados de Mayór,en la B.D.A( brigada de defensa antiaerea) y lo recuerdo por su apellido rimbombante,ahóra al leér la noticia,veo que su biografía es identica a la de mi tio Miguel,sobre todo en aquellos inicios del viaje de estudios a la desparecida U.R.S.S.
El tio Miguél  abrazó la carrera militar y se hizo en ella,bibliografía militar sovietica habia en la casa de Paradero como para una biblioteca.De sus honores militares no es menester hablar todavia,pero sí de su "porte y aspécto",inciso importantisimo en la vida militar y que con el que él supo cumplir a rajatablas.A lo largo de mi vida he visto a oficiales,incluyéndo a Primeros Oficiales que visten como administradores de Granjas de Puercos.Mi tio y sargento Miguel Angel Gonzaléz jamás!.
  La otra persóna que  apareció en mi vida fué una tia jugetona,cariñosa e irreverente con el colorido nombre de Flora Maria,nos separaban quince años de edád y esta frescura nos hizo y nos sigue haciendo cómplices en esta vida.Habia sido alfabetizadora.Tambien la recuerdo hablando mucho por teléfono.En algún moménto empezó a trabajar en el deprtamento de Trafico en el aeropuerto y hasta allí me llevaba,a anunciarme como muñeco de feria,"este es mi sobrino lindo,mi jabaito"..Un día le "otorgaron" una vivienda muy cerca del aeropuerto,era una casa fria,húmeda y créo que de paredes grises o verde claro,entónces para llenarla me llevó a mi.No recuerdo cuantas veces pernoctamos allí,lo que no olvido era el viaje en las rutas 60 y 76,largusimos.
  La estancia en la casa de Juana se extendia desde no sé cuando hasta que me recogieran alguno de mis padres,créo que los fines de semana y ese moménto era muy anhelado.
  Una  de las cosas buenas de vivir al cuidado de mi abuela era no tener que "ir al circulo infantil",estuve en un par de ellos y en especial recuerdo uno con una puertas de vidrio y hierro situado en la calle Refugio,era feo y me entristecia.El de la azotea del MINCEX estaba mejór,soleado y con buena vista exterior,allí supe de juegos y catres.Lo otro "bueno" de vivir con la abuela era que aprovechando sus trajines caseros,di paso a mis primeras travesuras pesadas,recuerdo llenar mi boca con pasta dental y en forma de escupitajo disparala balcón abajo con un transeunte como objetivo,un dia dí en el "blanco",era un negro que venia acompañado de mujér,al sentirse escupido,cruzó la calle y desde ese angulo,me divisó cuando yo inocente me asomé sigiloso al balcon para verificar mi tiro.Me supe descubierto y corrí a esconderme debajo de un cama,mientras oia el sonar del timbre de la puerta,la puerta que se abria y la conversación de la victima con mi abuela que se desahacia en perdones y más perdones.En el regaño posterior vino aquello de "Reinaldito cacho e´cabrón".Jamás violencia física,nunca su usó contra mi por parte de ninguna persona mayór a mi cuidado.
 Pero la tristeza tambien llegó a esta casa y me tocó bien de cerca,moriria quien fuera mi primo,Carlos Ernesto Perez-Cuba.Era un niño lindo,pero la muerte no lo dejó seguir siendo lindo.El dia que dieron la noticia,yo estaba en las piernas de mi abuela y muy cerca del telefono que trajo el trágico anuncio,mi abuela lloró y mucho y yo lloré "porque no queria que mi abuela llorara más".El niño murió sin cumplir los dós años y a mi me costó menos olvidar el caso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tu arte para escribir es incomparable...

(hasta se te perdona un "aprovechando" con b!!

Cosset.